Cómo ser feliz

En éste sermón, el Pastor Jonathan Ashcraft nos muestra principios bíblicos por los cuales podemos tener lo que queremos. Las cosas que queremos no se consiguen como el mundo las promete. Dios nos da garantías y promesas. La clave a ser feliz se encuentra en la Palabra de Dios.

Le invitamos a leer el sermón y escuchar la grabación incluida.

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Texto Bíblico

Lucas 6:20-31 (Reina-Valera 1960 de BibleGateway.com)

20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. 23 Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.

24 Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo.

25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.

26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

El amor hacia los enemigos, y la regla de oro

27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

Introducción

La Biblia — la Palabra de Dios — es un maravilloso libro por varias razones. Una es que Dios nos da en su Palabra principios o conceptos por los cuales podemos vivir una vida productiva, victoriosa y feliz. El problema es que muchos de estos principios están en contra del pensamiento del mundo — pensamiento, a propósito, que demasiadas veces se nos hace más lógico que el pensamiento de Dios. Pero los principios de Dios son tan contrarios al mundo que Él nos da una fuerte advertencia en Primera de Juan capítulo dos.

1 Juan 2:15-17No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

La manera en que Dios quiere que su pueblo viva es mejor que lo que el mundo ofrece.

La Biblia es un libro vivo que nos enseña cómo vivir en este mundo. La máxima medida de la moralidad que es reconocida hasta por los que no viven por principios bíblicos está basada en lo que llamamos “la regla de oro”.

Lucas 6:31Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

Mateo 7:12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Esto es contrario a la naturaleza. ¡Cuántas hemos oído — y algunos miembros de la iglesia la olvidan antes de llegar a la carretera en su auto! Cristo nos dio el concepto de la bendición de dar: Lucas 6:38: “Dad, y se os dará…” Esta es la promesa de Dios. A nosotros nos toca dar, a Dios le toca que nos den. No esperes recibir cuando des. ¡Solo da! y deja a Dios el resto. Da, y da, y da, y da y da otra vez. Confía en que Dios mantiene la cuenta. Sus expedientes siempre están al corriente. No midas tu dar por lo que has recibido. Es mi deber Dar. Es el deber de Dios regresarlo.

Otro principio bíblico: encuentro mi vida dándola a otros en servicio a Dios.

Marcos 8:35Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.

Yo encuentro mi vida dando mi vida a Cristo. El concepto de sembrar y segar concuerda con este pensamiento. Lo que siembras, segarás. Sembrar y segar es tanto positivo como negativo.

¿Qué es lo que quieres? ¿Qué estás buscando? ¿Qué quieres de la vida? Siémbralo, y lo segarás.

¿Quieres gozo? Siembra gozo, y segarás gozo. Da gozo y recibirás gozo.

Un gran problema que tenemos es que sembramos algunas cosas que no queremos, pero de todos modos los segaremos.

  • Siembra amargura, y segarás amargura.

  • Siembra discordia, y segarás discordia.

  • Siembra ira, y segarás ira.

  • Siembra rebelión, y segarás rebelión.

  • Siembra desobediencia, y segarás desobediencia.

  • Siembra crítica, y segarás crítica.

  • Si siembras lo malo, segarás lo malo.

  • Si siembras lo bueno, segarás lo bueno.

Estos principios también aplican a la felicidad.

La felicidad es una criatura muy extraña. Cuando es buscada, no se encuentra. No estamos felices cuando estamos tratando de ser felices nosotros mismos. Entre más la buscas, más se aleja. La gente más triste en todo el mundo es la que está tratando de hacerse felices a ellos mismos. Viven sus vidas solo para su propio placer, y son los más miserables de todos.

El único dinero que te hace feliz es el que das. Bill Gates, el hombre que fue el más rico del mundo por ocho años, dijo que quisiera no ser el hombre más rico del mundo. Dijo: “Quisiera que no lo fuera. Nada bueno se produce por ser el hombre más rico del mundo.” Le preguntaron que si se rodeaba de gente de su propio nivel económico. Oiga lo que dijo: “No lo hago. Me siento solo.”

La fiesta no te hace feliz. La fama no te hace feliz. El poder no te hace feliz. Pero el Señor tiene felicidad para ti. El secreto es no querer tener felicidad. El secreto es querer dar felicidad.

Uno de los grandes principios bíblicos es que dar felicidad a otro me hace feliz a mí, y es lo único que en verdad me hace feliz.

Da sin esperar que se te regrese. Da y no esperes que te den.

No busques la felicidad.

No busques la felicidad, porque la felicidad no se encuentra buscándola. La felicidad se encuentra buscándola para otros.

La forma de combatir el desánimo es buscar animar a otro.

La forma de tener consuelo es consolar a otro.

La forma de encontrar gozo es darle gozo a otro.

¿Quién disfruta más la Navidad y los cumpleaños: los hijos o los padres? ¡Los padres! Le compras un regalo al niño y termina jugando con la envoltura. Si quieres felicidad, quiérela para otro.

Quisiera que cada miembro de mi iglesia encontrara la misma felicidad sirviendo a Dios que yo he encontrado. Le tengo lástima a la persona que considera servir a Dios una carga, una tristeza. La voluntad de Dios no es una carga, ¡es un gozo!

¿Sabes por qué estás deprimido? ¿Sabes por qué tu vida es una serie de experiencias aburridas? Porque no estás haciendo feliz a nadie más. A mí me anima intentar animarte a ti. A mí me hace feliz intentar hacerte feliz a ti.

¿A quién has tratado de hacer feliz hoy? Esa es la forma en que debemos ganar almas. Detrás de cada puerta que tocamos hay alguien a quien debes intentar hacer feliz. Si encuentras a un miembro de otra buena iglesia, pasa un minuto o dos intentando animarle.

Cada experiencia de tu vida es una oportunidad para hacer feliz a otro. Si quieres ser feliz, haz feliz ao otro. Si los cristianos no podemos ser felices, ¿quién? Somos salvos, sellados por el Espíritu de promesa. Dios es nuestro Padre, Cristo es nuestro hermano, el Espíritu Santo es nuestro Consolador, la Biblia es nuestro contrato con Dios, el Cielo es nuestro hogar, y podría seguir.

¿Quieres ser feliz? ¡Olvídate de ti mismo!

¡Olvídate de tu propia felicidad! Dedica tu vida a hacer felices a otros.

Cuando intento “mantener” mi propia felicidad, la pierdo.

Si damos felicidad, conseguimos más felicidad.

Si simplemente nos esforzamos por sembrar una buena semilla y confiar en Dios que lo haga brotar, segaremos sí no desmayamos.


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