2 Pedro 3:9

Si la Biblia enseña una sola cosa, enseña que Dios quiere que todo ser humano sea salvo.  I Tim 2:3-4: “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que TODOS los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Sabemos que la expresión “todos los hombres” se refiere a toda la humanidad.

Todos nosotros tenemos uno de dos destinos.  Todos nosotros iremos a uno de dos lugares cuando muramos: al cielo o al infierno.  No hay puntos intermedios.  No hay rutas alternas.  Dejado solo, el hombre perece.

Alguien tiene que decirle que Dios ha hecho provisión para que sea salvo - para que no se pierda.  

He hablado con mucha gente que tiene la idea de que no ha hecho nada para merecer ir al infierno.  Y ¿sabe qué?  Tienen razón. No tienes que hacer nada para merecer ir al infierno.  Ya lo hiciste.  ¡Y yo también!  Uno va al infierno NO por lo que hace, sino por lo que NO hace - por lo que REHUSA hacer. 

Es como decir “Pues yo no hice nada para merecer ser tan ignorante.”  

La ignorancia no es por lo que HACES.  Es por lo que NO haces. 

“No sé qué hice para merecer tronar ese examen.”  No es lo que hiciste.  Es lo que NO hiciste.  ¡No estudiaste! 

¿Qué hice para merecer que me corten la luz? ¡NADA!  ¡No pagaste el recibo!  ¿Qué hice para merecer que mi esposa me trate mal? ¡NADA!  ¡Por eso te trata así!

Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, NO SE PIERDA, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. ” 

Mire otra vez el vs 16: “…para que todo aquel que en él cree ¿No se qué?  No se PIERDA? Eso significa que si Cristo no hubiera muerto, estaríamos perdidos.  Eso quiere decir que si Dios no hubiera dado a su Hijo para morir por nosotros, hubiéramos muerto.  Eso quiere decir que si una persona no cree, se pierde.  Entonces, ¿qué estás esperando?  Dios ha hecho provisión, y todo lo que tú tienes que hacer es aceptar lo que Él hizo por ti.

Juan 3:36 Dice “El que CREE en el Hijo tiene vida eterna; pero el que REHUSA creer en el HIJO no VERÁ la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” 

El asunto más importante en la vida de un individuo no es dónde vive, cómo vive, cómo viste, cómo come, cuánto gana, cómo luce, ni de qué religión sea.  Es “¿Dónde va a pasar la eternidad?”   

¿Ud. ha pensado alguna vez qué sucederá después de la muerte? ¿Ud. ha mirado la cara de un ser querido, yaciendo en su ataúd, y se ha preguntado, “¿Dónde está mi madre, o mi padre o mi amigo?  ¿Qué está sintiendo?  ¿Estará consciente?  ¿Sabrá qué le sucedió?”  

¿Está Ud. preparado para el día en que Ud. estará en el ataúd? ¿Está listo para el encuentro con su Dios? ¿Ha hecho lo que DIOS dice que tiene que hacer para prepararse para el único evento totalmente inevitable de esta vida - la muerte?  

Ahora, tal vez Ud. sabe que es salvo. Ya aceptó a Cristo como su Salvador personal.  Pero ¿qué de tu vecino? ¿Tu familiar? ¿Tu compañero de trabajo?  ¿Tu compañero de escuela?

Algunos piensan que el predicador que habla del infierno es cruel.  Que la predicación acerca del infierno es áspera e insensible. ¿Es insensible el bombero que advierte de un incendio que puede quitar una vida?  ¿Es insensible el médico que advierte a su paciente de una enfermedad que padece?  Yo no QUIERO que nadie vaya al infierno.  Yo no DISFRUTO predicar acerca del infierno.  Yo quisiera no tener que decirle a NADIE que puede ir al infierno, como estoy seguro que cualquier médico estaría gustoso si nunca tuviera que volver a decirle a uno de sus pacientes que padece una enfermedad mortal.

Predicamos acerca del infierno porque es una realidad imposible de negar.  Negar que el infierno exista es negar la Palabra de Dios.  Negar que el infierno exista es llamar “mentiroso” al Señor Jesucristo.  

Mucha gente dice, “Pues nadie jamás ha muerto y ha regresado para decirnos cómo es.” Tal vez no, pero la Biblia habla de dos hombres que murieron, y lo que sucedió después. 

Mire Lucas capítulo 16:   19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.   20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,   21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.   22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.   

23 Y en el Hades (el infierno) alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.   24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.   25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 

26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.   27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,  28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.   30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.   31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. 

Este no es un cuento.  No es una parábola.  Las parábolas no mencionan nombres.  Aquí se mencionan tres nombres: Lázaro, Abraham y Moisés.  No sabemos por qué el Señor no mencionó el nombre del hombre rico. Tal vez por consideración a su familia.  Imagínate. ¡Tener un registro escrito de que tu padre o tu hermano o tu hijo haya ido al infierno!

Dios nos está enseñando la realidad del infierno y la realidad del cielo.  Nos está enseñando que la calidad en que uno vive en esta vida no determina a cuál de esos dos lugares vaya.  Nos enseña que el destino eterno se determina por lo que uno HACE con lo que OYE.  El hombre rico fue al infierno NO porque era rico sino por lo que no HIZO - creer en el Hijo.  Lázaro fue al cielo NO por lo que HIZO, sino porque creyó en el Hijo

Abraham simplemente dijo acerca de los hermanos de este hombre: “A Moisés y a los profetas tienen: “Óiganlos.”  

El que dice que no se convence acerca del infierno y el cielo porque nadie jamás ha ido y ha regresado, no creería si eso sucediera. Dios requiere que para que uno sea salvo simplemente le CREA a Él y a su palabra. 

La condición de la salvación no depende de lo que Ud. ve con sus ojos, sino lo que cree con su corazón.   Juan 20:29: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 

Si uno no está dispuesto a creer con el corazón lo que la Biblia dice acerca del Cielo y el infierno, nunca será salvo, no importa lo que vea. Es más, normalmente lo que uno ve con los ojos causa más confusión que la que aclara.

La prueba es que este hombre - estando en el infierno - rechazó la palabra de Dios.  Rehusó creer, aun estando en el infierno.  Abraham le dijo “A Moisés y a los profetas tienen: Óiganlos.”  La respuesta de este hombre fue “¡NO!”  

Fue su incredulidad que le llevó al infierno.  Y permaneció EN su incredulidad aun ESTANDO en el infierno.

Si Ud. no está dispuesto a creer lo que Dios dice - “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo...”  no creería si alguno dijera regresar del infierno para contarle.  Si no está dispuesto a creer a Dios, ¿por qué creería a un hombre?  ¿Qué es lo que Ud. necesita que suceda para que Ud. crea?  Este hombre estaba sufriendo los tormentos de los condenados, y no creyó.  ¿Qué quiere que Dios haga para que Ud. crea lo que El dice?

El requisito básico para todo lo que Dios ofrece es fe. Sin fe es imposible agradar a Dios. Lo que no es de fe es pecado.  

Romanos 10:17  “Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios.” 

No todos podemos hacer grandes obras.  Todos podemos creer.  

Nadie puede borrar su pasado.  Todos podemos creer.  

Nadie puede volver a vivir su vida.  Todos podemos creer.  

La salvación no depende de lo que tú puedes hacer para Dios. Depende de lo que tú estás dispuesto a dejar que Dios haga por ti.  

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.  No por obras para que nadie se gloríe.”   Efesios 2:8-9.

Dios no te hizo para perderte en el infierno.  Dios te hizo para gozar de ti por toda la eternidad. Pero Dios no te va a llevar al Cielo a la fuerza.  Para que tú disfrutes ese gozo, tienes que hacer una decisión voluntaria.  La decisión es creer a Dios.  Es confiar en su poder para darte vida eterna a través de su Hijo, Jesucristo.  Tienes que querer y tienes que creer.  Nadie puede obligarte.  Tienes que abrir tus ojos a lo que Dios está haciendo en tu vida.  No es casualidad que Ud. esté escuchando este mensaje.  No es casualidad que yo esté predicando este mensaje.  Dios lo puso donde Ud. está, y Dios puso este tema en mi corazón porque Ud. necesitaba escucharlo.

Solo tiene que aceptarlo como su Salvador.  Hágalo hoy. Con toda la sinceridad de su corazón, pídale a Cristo que le salve.

Mi hermano, ¿está Ud. haciendo todo lo que pueda para alcanzar a todos los que pueda?  ¿Qué tiene que hacer que es más importante que compartir el evangelio con un amigo, vecino o desconocido?

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